MUSICAL ALBÉNIZ

Cada vez que pasaba junto al escaparate de Musical Albéniz imaginaba un pentagrama sobrevolando su cristal.

Le propuse a Javi que las notas tenían que ser reales, sus clientes son músicos que inconscientemente tararean la melodía y eligió la partitura.

Y así, tarareando, escribimos a Weber.

MUSICAL ALBÉNIZ

Cada vez que pasaba junto al escaparate de Musical Albéniz imaginaba un pentagrama sobrevolando su cristal.

Le propuse a Javi que las notas tenían que ser reales, sus clientes son músicos que inconscientemente tararean la melodía y eligió la partitura.

Y así, tarareando, escribimos a Weber.